El calendario está repleto de jornadas que nos ayudan a recordar grandes avances de la humanidad como el Día de los Derechos Humanos, el de la Democracia o el de la Libertad de Prensa, y otros que invitan a proteger los bienes tan preciados que tenemos como el Día del Agua, el de los Océanos o el del Medio Ambiente. Hay muchos más al cabo del año, pero son sólo algunos ejemplos.

Los residuos y la exigencia de su gestión responsable tienen algo más que un día. Cada mes de noviembre se celebra la Semana Europea de la Prevención de Residuos que nos ayuda a concienciarnos, no sólo de la importancia de reciclar, sino de la necesidad vital de reducir el número de residuos que generemos. Claro que es importante su gestión y recuperación, pero la sociedad tiene que dar un paso más allá. Tenemos que comprometernos mucho más con el medio ambiente cambiando una serie de hábitos para que la basura no acabe siendo incontrolable.

Objetivos de la Semana Europea de Prevención de Residuos

Reducir, reutilizar y reciclar. Son las tres palabras clave en las que se podría resumir el espíritu de la Semana Europea de Prevención de Residuos.

Reducir. En primera lugar, se debe extender la idea de que el reciclaje es el último recurso. Es decir, cuando no queda más remedio que generar un residuo, este tiene que ir a dar al contenedor correspondiente para su posterior gestión. Pero en primer lugar nos tendremos que preguntar si es necesario generarlo. En el caso de los plásticos, todos sabemos que existen alternativas a las bolsas tradicionales. Si hablamos de papel, es fundamental adquirir un compromiso de imprimir sólo aquel que es imprescindible. Ese deber de reducir se extiende a los residuos orgánicos. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) cada español tira al año 250 kilos de comida. Una cifra demoledora que indica que no estamos gestionando bien la lista de la compra.

Semana Europea de la Prevención de Residuos

Reutilizar. Desde 1970 los residuos que generamos en Europa no han parado de crecer. Además de reducirlos, podemos reutilizarlos antes de acudir al último recurso del reciclaje. ¿Quién dijo que en nuestro día a día no podemos hacer nada por nuestro planeta? Gestos tan sencillos como aprovechar un papel por las dos caras hasta usar un envase de plástico como florero. La pregunta que nos tenemos que hacer siempre es: ¿podemos darle un segundo uso? A veces sólo hay que dejar volar la imaginación. Frascos de cristal convertidos en portavelas; palets, en sofás para el jardín; hueveras como costureros. Asimismo la ropa que desechemos puede ir a parar a puntos de recogida. Vivimos en la sociedad del “usar y tirar” y debemos cambiar el chip para pasar al “usar, volver a usar, reutilizar y, si no queda más remedio, tirar”.

Reciclar. Cuando un residuo no tiene otro uso posible, podemos darle otra oportunidad. Lo harán otros en nuestro lugar. Para ello debe acabar en el contenedor correspondiente con el objetivo de que sea transformado. El reciclaje es fundamental para evitar que muchos de esos residuos acaben donde no deben y provoquen un serio problema de contaminación. Véanse, por ejemplo, las islas de plásticos en los océanos. Reciclar también reduce las emisiones de efecto invernadero y favorece la creación de nuevos puestos de trabajo.

¿Cómo lo celebramos?

Una vez que tenemos claro cuáles son los objetivos de la Semana Europea de Prevención de Residuos queda saber cómo se lleva a la práctica. En primer lugar, esta cita pone en marcha una serie de acciones de sensibilización que se extienden durante una semana. Para saber cómo nos tenemos que comportar primero necesitamos información clara, sencilla y directa. Por este motivo se desarrollan acciones en colegios, empresas, administraciones públicas, asociaciones y en la propia calle, que pongan de relieve la importancia de una buena gestión de los residuos. Y finalmente toca pasar a la acción.

Semana Europea de la Prevención de Residuos

La iniciativa Let’s Clean Up Europe saca a los ciudadanos a la calle para que se ‘mojen’ en la limpieza de un determinado espacio público. Puede ser la ribera de un río, una playa o en espacio verde. El objetivo es recoger los residuos que aparezcan, clasificarlos y aplicar las tres patas en las que se sustenta la Semana Europea de Prevención de Residuos: reducir, reutilizar y reciclar.

Valladolid se ha sumado cada año a esta cita con iniciativas que ayudan a trasladar a la población este mensaje claro y nítido. Entre los logros que se han conseguido destaca el impulso al reciclaje de aparatos electrónicos gracias al compromiso de los comerciantes. En Valladolid hay más de una treintena de establecimientos que se han unido a proyecto Green shop con el objetivo de gestionar correctamente unos productos que necesitan un tratamiento especial para evitar que produzcan un grave daño al medio ambiente por culpa de su poder contaminante.